Los
tiempos verbales en español tienen distintos usos. El presente no solo se
utiliza para hablar de acontecimientos que se desarrollan en el momento del
habla, sino que también se usa para referirse al pasado, por ejemplo. Este uso
de los tiempos verbales está configurado en los hispanohablantes de tal manera
que ellos mismos no son conscientes de estas diferencias. Sin embargo, para los
estudiantes de español como lengua extranjera puede resultar un poco enrevesada
la elección de los tiempos verbales en determinados contextos. Por ello, vamos
a enumerar algunos contextos particulares en los que los tiempos verbales
juegan con las interpretaciones y algunos usos de los tiempos verbales que
equivalen a otros tiempos.
Comenzamos
con el presente de indicativo. Este tiempo verbal “expresa coincidencia de la
situación designada con el momento del habla” (RAE, 2011). Ese momento del
habla puede referirse a una situación puntual en el presente. En este caso podríamos
utilizar tanto un tiempo continuo como un tiempo simple de presente. Veamos un
ejemplo: Está estudiando en su
habitación ahora mismo. Estudia en su habitación ahora mismo. Estas
dos oraciones son equivalentes.
El
presente también hace referencia a una situación que coincide con el momento
del habla pero que tiene un enfoque más amplio; es una situación que se
prolonga (presente genérico) o
repite en el presente e incluso tiene un carácter más estático (presente habitual). Carolina vive en Los Ángeles. Macarena come
en casa todos los días.
Uno
de los usos más comunes del presente es el de las situaciones estables (presente caracterizador o descriptivo).
Bogotá es la capital de Colombia. El
presidente de Francia es Hollande. Y otro es el aquel uso del presente para
enunciados normativos y verdades o hechos universales (presente gnómico). El agua
hierve a 100º. La tierra gira alrededor del sol.
Por
otra parte, el presente se usa en determinados contextos con valor de otros
tiempos verbales. Por ejemplo, con valor de pretérito encontramos el presente histórico (Colón descubre América en 1492) y el presente narrativo (La semana pasada me dice mi hermana que está
embarazada, ¡vaya sorpresa!).
Con
valor de futuro encontramos el presente
prospectivo, en el que el valor del presente se interpreta claramente como
un tiempo futuro. Mañana María va a
comprar los regalos de Navidad. El paquete llega mañana. El presente de mandato utiliza el tiempo
presente para emitir una orden. Ahora
mismo te vas de casa. Mañana me traes lo que te he pedido.
El
siguiente tiempo verbal que analizamos es el pretérito perfecto simple. Este
tiempo sitúa la acción verbal en un punto anterior al momento del habla. Entre
todos los hispanohablantes existen diferencias notables entre el uso de este
tiempo verbal y el pretérito perfecto compuesto que nombraremos tras explicar
las diferencias conceptuales entre estos tiempos.
Por
ejemplo, la gran diferencia entre el pretérito perfecto simple y el pretérito
perfecto compuesto es que este último designa una acción que se prolonga hasta
el momento presente mientras que el primero designa acciones ya finalizadas.
Veamos un ejemplo: La semana pasada me
compré un ordenador portátil, esta oración designa una acción que comenzó y
finalizó en el pasado, “la semana pasada”. Sin embargo, en una oración con
periodos de tiempo que se consideran como prolongados hasta el momento del
habla, como “esta semana, este año, hoy”, se utiliza el pretérito perfecto
compuesto como en el siguiente ejemplo: Este
año he tenido mucha suerte, esta
semana he estudiado muchísimo. Hoy he comprado fruta.
En
este punto es donde encontramos las diferencias regionales en los
hispanohablantes. En la mayoría de países hispanohablantes suramericanos,
centroamericanos, caribeños y algunas partes de España (Argentina, Chile,
noroeste de España y Canarias, etc.) es frecuente el uso del pretérito perfecto
simple en periodos de tiempo que se consideran incluidos en el momento de
habla. Por ejemplo: Este año tuve mucha
suerte. Esta semana estudié
muchísimo. Hoy compré fruta.
El
pretérito imperfecto también es uno de esos tiempos que tiene distintas
interpretaciones contextuales. Como norma general, el pretérito imperfecto
alude a situaciones que anteriores al momento del habla sin precisar ni su
comienzo ni su fin. También tiene un matiz de hábito en el pasado. Se levantaba muy temprano todas las mañanas.
El
pretérito imperfecto onírico o de
figuración se utiliza en contextos irreales. Soñé que tenía dos hijos y tres perros. El pretérito imperfecto de cortesía se utiliza en situaciones formales
donde se exige un alto grado de formalidad: Quería
un buen champán, por favor. El pretérito
imperfecto prospectivo que “expresa hechos posteriores a una situación
pretérita” (RAE, 2011) es otra interpretación contextual de este tiempo. Pensamos que te ibas a las cinco.
El
futuro simple, que expresa la acción verbal en un momento posterior al momento
de habla, tiene un uso distinto también. Este es el futuro de conjetura, un tiempo que se interpreta como una
suposición en el momento presente. Tendrá
que estar ya al llegar.
Por
último, el condicional simple normalmente se refiere a situaciones hipotéticas
y situaciones anteriores a un punto en el pasado. Si fuera tú, iría. Existen
varias interpretaciones del condicional. Encontramos el condicional de atenuación, que juega con la intencionalidad. Deberíamos empezar a trabajar. Y el condicional de conjetura, en el que se
presenta una suposición en el pasado. Me
gustaría ir de compras.
¿Conoces
otras interpretaciones contextuales de otros tiempos verbales? Esperamos que te
haya servido esta entrada para aprender o para ser consciente del uso de estos
tiempos en el español.
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