A continuación se
explicará en qué consiste este fenómeno lingüístico y se darán algunos
de los posibles motivos por lo que esto pudo producirse pero, antes de llegar a
eso, se definirá brevemente ambas letras con base en lo propuesto por la RAE.
La letra ‘b’ es
la segunda del abecedario español, en América Latina se hace referencia a ella
como be grande, be alta y be larga. Por otro lado, la letra ‘v’ es la
vigesimoquinta del abecedario español; al igual que la ‘b’, esta letra también
recibe otros nombres en América Latina: ve, ve baja, ve corta o ve
chica.
A pesar de que ortográficamente se ha establecido una clara
diferencia entre ambas letras, en lo que se refiere a la pronunciación correcta
se puede afirmar que ambas tienen la misma, ya que representan el mismo fonema
bilabial sonoro /b/. Es decir, ambas
son oclusivas labiales sonoras a excepción de cuando se encuentran en una
posición intervocálica, en cuyo caso son fricativas.
En la escritura de la Edad Media parece ser que representaban
sonidos diferentes, sin embargo, parecía haber cierta confusión entre ambas
grafías, lo que prueba como poco a poco ambas terminaron representando al mismo
sonido.
De
hecho, existen inscripciones latinas encontradas en diferentes regiones en que
se encuentran numerosas palabras escritas con ‘b’ que en latín clásico se
escribían con ‘v’, por lo que podría afirmarse que este fenómeno no es algo
reciente. Estos son algunos ejemplos con su posible traducción:
“Qui
bixit” por “vixit” (“quien vivió”)
“Secundum
bocis” por “vocis”, “voces” (“según sus palabras”)
“Et
boluntatem” por “voluntatem” (“y la voluntad”)
“Plus
minus biginti” por “viginti” (“más o menos veinte”)
Entre los siglos XVIII y XX se recomendó a los hablantes de
español que diferenciaran la pronunciación de la ‘b’ y de la ‘v’. Sin embargo,
en 1911 la RAE dejó de recomendarlo.
Como curiosidad, decir que en español nunca ha existido la
‘v’ labiodental, dándose este fenómeno únicamente cuando hablantes de
valenciano, mallorquín o catalán hablan en español (por influencia de las
mencionadas lenguas). También se da en algunas zonas de América por influencia
de las lenguas amerindias.
¿Qué es el
betacismo?
Este fenómeno
lingüístico hace referencia a lo explicado previamente: la falta de distinción
entre la pronunciación de la ‘b’ y la de la ‘v’, que corresponderían a los /b/
y /β/ o /v/. Esta transformación se puede atribuir a la evolución natural de la
lengua, dado que se dio en todas las lenguas romances.
Es característico
del español, el gallego, el occitano y el sardo; aunque también se da a veces
en el catalán, en algunos dialectos norteños del portugués y algunos dialectos
sureños de Italia y esporádicamente en rumano; además de en otras lenguas y
dialectos romances. Al ser un fenómeno fonético común, se puede observar
también en lenguas como el griego o el euskera. Sin embargo, a continuación
únicamente se comentará cómo apareció en las lenguas romances.
Origen del
betacismo
En
el latín escrito la ‘b’ y la ‘v’ sí se diferenciaban, ya que la ‘b’ era
oclusiva labial mientras que la ‘v’ era una semiconsonante similar a la ‘w’
inglesa. Por el contrario, en el latín hablado la ‘b’ pasó a ser una fricativa
labial /β/ y más adelante a un sonido fricativo labiodental sonoro, tal y como
se puede apreciar en el francés y en el italiano.
Sin embargo, se
dieron dialectos del latín en los que no se produjo este último cambio, sino
que comenzó a confundirse el sonido de ambas letras hasta que llegó un punto en
que no había diferencia alguna entre ambos. Una de las posibles explicaciones
de este fenómeno sería la inexistencia de un sonido
labiodental /v/ en el latín vulgar de la Península. Otro hecho que también pudo
influir en este fenómeno es que nuestra lengua tiende a relajar la
pronunciación de las oclusivas sonoras; /b/, /d/, /g/, un fenómeno conocido con
el nombre de espirantización.
A
pesar de lo que se acaba de relatar, el origen aún no está claro. Es posible
que el betacismo no apareciera en el latín peninsular sino que se diera durante
la baja Edad Media por el contacto del español del norte de la península con el
euskera.
Para
terminar, dos hechos sorprendentes: a día de hoy este fenómeno se está dando en
algunos lugares de habla valenciana, mientras que en la zona norte de Portugal
el fenómeno parece estar remitiendo debido a la diferenciación de ambos sonidos
en la capital.